lunes, 26 de diciembre de 2016

El dolor más grande


La esposa de Rafael llevaba  7 meses de embarazo y estaba harta de las molestias del embarazo. Para poder ayudarla  a llevar esta carga, Rafael aceptó hacer el hechizo de intercambio de mentes con ella   durante un fin de semana mientras ella podía tomar un par de días libres en su cuerpo. 

Lamentablemente, en la noche del primer día mientras ella estaba fuera de la casa en su cuerpo masculino, se le rompió la fuente y empezó la labor del parto. Su suegra (sin saber que era él en el cuerpo de ella) lo llevó al hospital  para que pudiera dar a luz, pero  el hechizo tenía una advertencia: Si un bebé nacía mientras él estaba en el cuerpo de su esposa, entonces el hechizo sería sellado de forma permanente.

Los doctores pensaban que era otra mujer normal que estaba gritando por los dolores del parto, pero  la realidad es que Rafael gritaba porque sabía que estaba siendo condenado a ser una mujer por el resto de su vida


lunes, 5 de diciembre de 2016

Flaquita


Hernán no sabía que era lo más extraño:

Si hubiera descubierto que podía poseer el cuerpo de su  prima con la ayuda de la gema que su abuela le había heredado;   si fuera que ahora  estuviera teniendo sexo  con el novio de su prima; sentir que sus nuevos pechos rebotaran con cada embestida, o finalmente, si era descubrir que en realidad estaba gozando toda la experiencia y no pensaba regresar a su viejo cuerpo. 


¿Ustedes que disfrutarían más?

jueves, 13 de octubre de 2016

La moneda mágica Parte 3

Victor, sintió en ese momento un poco de hambre, así que decidió que era momento de presentarle al mundo su nuevo cuerpo.  Era  momento de que el mundo conociera a la nueva Victoria

Dado que ninguna ropa suya le quedaría ahora, él  tomó la decisión de tomar ropa prestada de su hermana, así que fue a su cuarto y se acercó a los cajones, en los que ella guardaba sus brassieres y pantys, y con cuidado tomó  un panty  y un brassiere para ponérselos.

      


 Lamentablemente Victoria no consideraba que ahora él era una mujer mucho más voluptusa que su hermana, por lo que  tanto la panty como el brassiere le quedaba muy apretados. Incluso la ropa de su hermana parecía algo señida, así que eligió un vestido que era algo amplio.  Finalmente tuvo que elegir un par de tenis viejos porque sus pies ahora eran diminutos y ningún zapato suyo le quedaba.



Al descubrir todo esto, Victoria decidió que primero debía ir de compras a un centro comercial, ya que si pensaba mantener este cuerpo por una semana iba a necesitar algo de ropa.


 Así, abrió todas las puertas que había cerrado antes, salió de su casa y se fue caminando por primera vez con un cuerpo femenino a un centro comercial que quedaba a un par de minutos de su casa. Lo primero que notó y que no se había dado cuenta antes era que este nuevo cuerpo era mucho más pequeño que el anterior, por lo que todo en la calle parecía ser enorme ahora.  Además con cada paso que daba sus pechos rebotaban sin control, lo cual dejó de ser divertido y excitante para convertirse  en un problema, ya que le daba pena pensar que alguien  más la viera con esos grandes melones rebotando por todos lados, los cuales además le estaban empezando a dar un pequeño dolor de espalda debido a su peso.

 Finalmente, también se dio cuenta de que sus movimientos al caminar ahora eran algo torpes ya que su cadera era muy ancha  y hacía que su trasero se moviera de un lado a otro con cada paso,  causando también un ligero rebote de sus nalgas. Cuando era hombre, este movimiento de un lado para el otro de las nalgas de las chicas les parecía muy sexy,  pero ahora que él era el dueño del gran culo, se daba cuenta lo difícil que era andar por la calle con eso. Todos estos cambios le pegaron de golpe a Victoria, lo que hizo que de  hecho se empezara a sentir algo nerviosa y vulnerable.

 Al pasar caminando  por la calle con vestido también fue algo que la empezó a poner nerviosa, ya que pensaba más bien que lo veían como un fenómenos y que seguremante la gente descubriría  que él no era una verdadera mujer, por lo que debía parecer un trasvesti vestido de ese modo.

Con esos pensamientos Victoria llegó algo nerviosa a la sección de ropa femenina y ahí se dió cuenta de que en realidad no tenía   idea de qué es lo que iba a comprar ya que realmente nunca le había interesado mucho la ropa y mucho menos la de mujer. Sólo sabía que le gustaba ver a las chicas en mini faldas. En eso estaba con cara de confusión cuando una ayudante de la tienda se acercó a donde se encontraba y le preguntó-¿Le puedo ayudar en algo señorita? Señorita? Señorita?
 Ah , sí, dijo Victoria nerviosa y repitiendo la palabra "señorita"  en su mente, ya que nunca en la vida lo habían llamado de esa forma. -Busco.. ropa interior y brassieres respondió con  cierta timidez Victoria. -Ah, la sección de lencería se encuentra por acá, sígame por favor. Víctoria siguió a la chica ayudante de la tienda hasta una sección en la que él se sentía como un competo invasor, pero  las mujeres que ahí se encontraban parecían no notar nada extraño con su presencia.
 -¿Buscas algún tamaño en particular?- Le preguntó la chica de la tienda, pero Victoria no supo qué responder a esta pregunta y sólo le lanzó una mirada de confusión.
- ¿No sabes tu tamaño?-le preguntó la chica. -No te preocupes, te podemos medir- a lo que Victoria le respondio aún con timidez con un sí por favor.
 La chica de la tienda sacó una cinta métrica y le empezó  medidas en su cadera y en su espalda y luego le preguntó, -¿prefieres modelos lisos o con encaje?
 Esta pregunta también sorprendió  a Victoria, pero recordó cómo le encantaba  ver a las modelos usar ropa interior con encajes, por lo que pidió de estos últimos.
 La chica de la tienda le pasó un par de modelos de pantys y brassieres,  los cuales Víctoria tomó rapidamente sin poner mucha atención a estos para después ir rápidamente a la caja
 de la tienda para pagarlos. Una vez que terminó de pagarlos, salió rápidamente de la tienda muy nerviosa y sintiéndose observada, como si estuviera cometiendo un robo.

 ¡Esto es ridículo!-Pensó Victoria -No hay nada anormal en que una mujer compre ropa de mujer- se dijo a si misma. Además aún necesitaba otras cosas además de la ropa interior.
 Con  esto en mente y un poco más de confianza, entró a otra tienda especializada en ropa de mujer y rápidamente seleccionó una serie de camisetas, pantalones, faldas y un par  de zapatillas .
 Realmente no sabía mucho de modelos ni tallas, pero seleccionó una gran variedad para no tener que  preocuparse por ello. Su familia le habían dejado mucho dinero para la semana, así que ese  no era un problema.

Mientras esperaba a pagar  sus compras en una tienda se quedó parada en un pasillo cuando uno de los empleados se acercó a ella.  -"Perdóneme, señorita, pero tengo que pasar por aquí"-el  hombre alto y guapo amablemente esperó a Victoria que se moviera en un pasillo. En un primer momento, Victoria no se dio cuenta de que el hombre estaba hablando con ella.

Varios segundos incómodos pasaron.

"Ah sí ... que soy un 'Señorita’ ahora. Todo sucede tan rápido. Esto es tan raro ..." Victoria pensó para sí misma.

"Oh! Lo siento"-rió Victoria mientras finalmente comenzó a moverse con el fin de permitir que el joven se moviera por el pasillo.

-"Gracias, señorita"-dijo el hombre con una gran sonrisa. El la miró a propósito fijamente a los ojos durante unos momentos mientras estrechamente pasó junto a su cuerpo.

"No hay problema" -sonrió Victoria seductoramente. Ella no pudo evitarlo. Ella se sintió inmediatamente atraída a él. Su pulso se aceleró. Se quedó allí un poco tensa pero con los muslos entreabiertos por debajo del vestido. Sin que ella lo supiera, se formó una pequeña mancha de humedad en su ropa interior. Ella había reaccionado a la situación como lo habría hecho una mujer heterosexual sexualmente excitada

¡Victoria estaba ahora muy atraída por los hombres!

Finalmente  pagó sus compras y salió de la tienda  algo confundida con esa experiencia.

Ahora  se disponía ir a comprar algo   de comer cuando pasó frente a una sex shop y vió cómo había maniquies con lencería muy reveladora.
Victoria pensó que le gustaría ver a una chica  usando algo así, cuando recordó que él mismo ahora poseía un cuerpo en el cual se podría usar ese tipo de ropa, así que trgándose la pena
por un momento entró a la tienda y pidió un modelo como el del maniquí. Mientras esperaba que la dependienta le trajera el modelo, observo otro objeto que como hombre jamás habría
pensado en comprar:  un dildo. De nuevo, recordó que cuando él pensó en hacer el cambio se prometió a si mismo, probar todas las experiencias que tendría una mujer. Así que de nuevo
ser tragó su verguenza, tomo una caja con un dildo eléctrico y lo agregó a su compra. Pagó  la lencería y el consolador y salió de la tienda algo abochornada y preguntándose así mismo
si sería capaz de realmente probar su más reciente compra.

Pasó a la sección de comida rápida y como tenía mucha hambre compró una hamburguesa doble con queso, de la cual  tuvo que dejar más de la mitad y las papas fritas ya que su nuevo cuerpo simplemente no pudo comer más -Rayos, ahora soy una maldita anoréxica -pensó Victoria. Cuando era  Victor siempre había odiado  a las chicas que no se terminaban su comida, ya que por lo general él comía mucho y siempre se quedaba con hambre, por lo que no podía creer que alguien desperdiciara la comida de ese modo.


Después de un rato, Victoria sintió ganas de ir al baño. Caminar en público usando  un vestido y pantys por primera vez era demasiado excitante para ella. Estaba muy nerviosa mientras lentamente abrió la puerta de baño de las mujeres y entró. Por primera vez en su vida, en realidad estaba de pie en el interior de un baño de mujeres. Al entrar se encontró con que una chica se estaba peinando. Esta miró rápidamente a Victoria mientras ella estaba allí mirando a su alrededor, pero la chica  se limitó a sonreír y se empezó a peinar de nuevo. Victoria se dio cuenta de que todo el mundo la aceptaba como una verdadera mujer. Entonces entró en al cubículo más cercano y se sentó en la taza. Estaba encantada con la oportunidad de explorar su nueva femineidad con mayor detalle.  Todavía no podía creer que era real. Se deslizó las pantys hacia abajo de  sus anchas  caderas hasta los tobillos y notó la humedad que le había provocado  el encuentro con el chico de la tienda.




No le dió importancia y por primera vez en su vida, se sentó en el inodoro para orinar. Extrañamente, se sentía perfectamente natural en ella. Luchó un poco para mantener su vestido fuera del camino. Luego se puso las manos en sus rodillas,extendió lentamente los muslos y miró hacia abajo para ver el flujo de líquido amarillo saliendo de algún lugar misterioso entre sus piernas.  Se dio cuenta de que su nuevo cuerpo de mujer funcionaba de forma muy diferente a su viejo cuerpo masculino. Ella tenía mucho menos control sobre la dirección del flujo a medida que salía de su cuerpo. Además su pipí hacía un ruido muy característico, una especie de psssst al tocar el agua del inodoro. Toda la experiencia fue bastante interesante, pero sentía que era definitivamente hacer esto como hombre



Ahora era momento de volver a casa a probar todas las adquisiciones..

viernes, 2 de septiembre de 2016

La puta - Segunda parte

Como lo solicitaron aquí está el final de esta historia.

Capítulo 6


En la zona de la cocina, abrí una de las cenas de microondas que le había observado comprar antes y lo metí a calentar a máxima potencia. Sentí un escalofrío  al pensar que ahora estaba viviendo la fantasía; que en minutos la imagen que había visto  en mi mente sería real ante mis ojos.
Cuando estuvo lista la cena me senté en la mesa, crucé una pierna sobre otra y la llevé a mi boca con un tenedor. Estaba muriendo de hambre. Encendí la televisión portátil con el control y me puse a ver un programa de entrevistas.

Vaya fantasía de mal gusto era esta - vivir la solitaria vida de una puta - pero yo estaba viviéndola de lleno en este pequeño  y austero departamento. Era un sueño masoquista hecho realidad.

Cuando terminé la comida abrí el vodka y llené un molde de plástico grande que agarre en la alacena. Entonces me dejé caer de nuevo y continué viendo la televisión. No había nada más en; nada que pareciera satisfacerme como antes lo hacían  los programas de temas variados o de noticias. Nada me parecía más interesante. El canal E-Entertainment era todo lo que quería ver ahora. Vi un programa de principio a fin sobre gente común tratando de convertirse en cantantes profesionales. ¡Fue grandioso!
¡Todo eso fue genial! Fue interesante darme cuenta de lo profundo que había sido mi transformación. Adoré cada minuto del programa, mientras me iba poniendo más y más borracha y fumaba cigarro tras cigarro.

Como a las nueve de la noche al tomar mi paquete de cigarrillos encontré que ya estaba vacío. Gruñí. No había planeado volver a salir. Ahora iba a tener que hacerlo. No podía esperar hasta el amanecer sin cigarrillos.

Fui al mostrador donde la ramera había puesto el dinero que le había dado. No estaba allí. Fruncí el ceño y busqué  en las inmediaciones y en el piso. Se había ido. Ella debe haberlo tomado al salir; esa perra.

Miré a mi alrededor buscando el bolso de la puta - mi bolso. Debido a que estaba torpe por la borrachera me tomó un minuto poder agarrarlo. Cuando abrí el bolso tuve una sensación de hundimiento. Un sentimiento horrible. Abrí el cierre y observé que  sólo había treinta centavos en el interior. Nada más.

Busqué en el resto del departamento. No había nada más.

“Mierda”- Esto estaba muy mal. Tampoco había una tarjeta de débito. ¿esta puta siquiera tiene una cuenta bancaria?

Me senté de nuevo y traté de concentrarse en lo que estaba en la televisión pero yano pude mantener la atención. Dos canales tenían programas de noticias. Uno tenía un documental sobre la Segunda Guerra Mundial o algo así  y el otro canal no era más que estática. Además de eso yo estaba desesperada por una fumada. Eso me puso inquieta. Al final desconecté el televisor.

Yo necesitaba más cigarrillos. Ni siquiera sería capaz de calmarme para dormir  sin uno.

No había nada que hacer. Tuve que salir. Tenía que encontrar a algún tipo que me cogiera para tener suficiente dinero.

¿Pero era esto lo que realmente quería? ¿Realmente había llegado a esto? ¿Estaba lista para prostituir mi cuerpo para conseguir un paquete de cigarrillos? ¿Había adquirido las adicciones y la falta de orgullo  de la puta  como para hacer esto?

Pensé en ello durante un minuto.

Así era.

Estaba desesperada. Estaba tan desesperada como para darle una mamada a quien fuera para obtener una sola  fumada.

Y después de todo, ¿no era esto lo que quería?  ¿No era ésta la razón por la que me convertí en una puta? ¿Para coger con un hijo de puta peludo y grasoso para no estar sin dinero?

Sí lo era.

Y ahora iba a hacerlo. Iba a salir y encontrarme a alguien para fornicar.


Capítulo 7

El armario era un tubo montado en la pared con cortinas - nada más que eso.

Había zapatos apilados en el suelo. La mitad de ellos se veían viejos y gastados. No parecía haber ningún par de  zapatos cómodos. Elegí un par de tacones altos negros. Esos eran los menos rayados y yo quería mostrar mis piernas tanto como fuera posible.



Saqué una minifalda de cuero negro  y un top de tirantes y me los puse. Los tacones me quedaban perfectos. Me levanté y noté que no tenía ninguna dificultad para caminar en ellos. ¿Por qué habría de tener problemas? Yo estaba acostumbrada a esto. Salí
casi todas las noches caminando por las calles en ellos.

Me pavoneaba por la habitación  de un lado a otro. Entonces trabajé en  mi maquillaje en el espejo del inodoro.

Me veía como una ramera real. Era irresistible. Era una pena que estuviera empezando a envejecer. Recordé los viejos tiempos cuando empecé a aceptar clientes. Yo atraía todas las miradas. Oh si. No había ningún hombre que se me pudiera resistir.

¡No! Espera.. ¿Eso era correcto?

No, no lo era. No estaba bien. No siempre había sido así. yo era una persona respetable de clase media. Yo no era una sucia ramera - No normalmente. Esto era temporal solamente.

Puse mis manos en mis mejillas y me miré en el espejo. “Enfócate”-me dije -“ No soy realmente una zorra. Es sólo temporal. Es sólo el Golden Bloom, reajustando mis memorias.  Mi nombre real es Susie Smith".

Me quedé mirándome y entonces  murmuré la palabra -“No"

"Ese no es mi nombre. Mi nombre no es Susie Smith. Es Verónica Simpson. Lo cambié a Susie porque Verónica no era suficientemente atractivo y yo no quería que mamá  se diera cuenta de que yo era un prosti".

Cerré los ojos. Eso no estaba bien tampoco. Estaba seguro de que no lo estaba.

Era tan difícil concentrarme mirando esa cara en el espejo. ¿Cómo podría concentrarse en volver a mi identidad real si esa persona me miraba fijamente en el espejo?

Yo no era una prostituta. Yo era un empleado de oficina. Me concentré duro, haciendo un esfuerzo en recordar a mis compañeros de trabajo; mi pareja; mi hijo adolescente. Este estaba funcionando. Iba a estar bien.

La necesidad de un cigarrillo lo estaba haciendo  difícil. Todo mi cuerpo estaba a tope. El licor no me estaba ayudando tampoco. A este paso nunca iba a ser capaz de enfocar mi mente lo suficiente como para cambiar de nuevo a mi cuerpo real en el mañana.

Me sequé los ojos y me di la vuelta para que mi trasero pudiera posarse en el borde del lavabo.

Lo que necesitaba era conseguir un nuevo paquete de cigarrillos. En cuanto me relajara, sería capaz de concentrarme más. Eso era lo que tenía que hacer.

Esto me había sacudido. Yo  suponía  lo que iba a suceder, pero  la inmersión total era mucho más aterradora de lo que esperaba. Me hizo dar cuenta de lo peligrosa que era mi situación. Debía terminar esto. Debía terminar con esto  tan pronto como fuera posible.

Obtener los cigarrillos y volver de nuevo a la normalidad en el momento en que pudiera concentrarme correctamente. Eso era lo que tenía que hacer.

Pero, por supuesto, para conseguir los cigarrillos tenía que encontrar a alguien que me cogiera por dinero. Eso me asustó demasiado. ¿Qué pasa si me pierdo en la experiencia?¿Y si no podía encontrar mi camino de regreso?

Pero tenía que hacerlo. Después de hacerlo podría comprar los cigarrillos y conseguir poner mi cerebro en orden. En ese momento se me habría pasado la borrachera.

Y me recordé que era tonto detener  esta experiencia antes de haberla explorado completamente. Si hacía esto - tenía relaciones sexuales antes de volver - al menos podría sentir que había explorado la experiencia adecuadamente.

Pero miré a mi nueva cara en el espejo de nuevo. Miré a mis grandes tetas y los hombros redondos lisos. Miré hacia abajo a la expuesta cintura carnosa, a las largas piernas desnudas con tacones altos.

No sabía a quién engañaba. Todo mi ser quería salir allí y coger a un hombre grande y peludo.

Nada más importaba.



Capítulo 8


El viento me enfriaba las piernas, los hombros y el pecho. Mi pelo cubría mi cara y seguía hacia abajo en la espalda. Crucé los brazos.

No había querido que llevar un abrigo. Entre más atractiva fuera, más rápido podría acabar. Cuanto más carne mostrara, más atractiva sería. Así funcionaba.

Una vez dicho esto, sentí un  extraño escalofrío por estar caminando por las calles, en busca de un hombre para tener sexo. Sentarme en el departamento de  la puta y comer su alimento había sido una cosa; mirar su cara en el espejo había sido otra. Pero esto era real. Era realmente una prostituta. Más que nada - más que el acto en sí - esta vez  andar deambulando por la noche era lo
más cerca que estaba de llegar a vivir el sueño.

Pasé casas con las luces encendidas. Las familias estaban comiendo su cenas o viendo la televisión. A través de las ventanas abiertas pude escuchar la risa y la charla. Mi domicilio anterior había sido mucho más elegante que el de estos  cobertizos, pero aún así, las interacciones que ocurían en el interior eran similares a mi antigua vida. Me burlé de ellos al pasar. Yo ya no era uno de ellos. No me importa una mierda lo que ello pensaran. No tenía que cuidar de nadie más que a mí misma. Yo era libre. Y yo no era una de las mojigatas  y frígidas amas de casa. Yo no era una reprimida. El sexo era sólo otra manera de hacer dinero para mi. Eso era todo.

Crucé y caminé por la siguiente calle. Fue un desvío, porque aún estaba bastante tranquilo y yo estaba esperando más tráfico. No había visto ni un solo coche todavía.

Un par de faros aparecieron en la distancia. Me puse en una posición sensual y esperé.

Los faros se acercaban. Mis nervios comenzaron a crecer. Hubiera querido tener un cigarrillo, pero no lo tenía.

Hice que mis dientes formaran una sonrisa.

El coche estaba a menos de  veinte metros de distancia ahora.

Iba más lento.

Puse las manos en mis caderas.

El coche se detuvo junto a la acera y se detuvo. Era un Mercedes.




La ventana electrónica zumbó y bajó. El conductor se inclinó hacia mi. Tendría unos cuarenta años probablemente, pero guapo con pelo negro rizado pelo y gafas de media luna. Era mi noche de suerte.

“¿Buscas pasar un buen rato?”- Dije.

-“Acércate. No puedo verte bien en la oscuridad."

Lo hice. Mientras me acercaba a la luz, incrementé mi sonrisa. Estaba deseando ser cogida por este hombre. Él tenía buen aspecto y claramente tenía dinero. Me podría dejar una gran propina.

Pero cuando vio mi cara en la luz, la sonrisa en su rostro se perdió. Miró hacia abajo a mis tetas y mi barriga y se retiró rápidamente.
"Lo siento”- dijo- “Me equivoqué.”

Aceleró el poderoso motor y se apartó.

“¡Maldito puto!”- Le grité agitando el puño.

Él no se vería mucho mejor si también hubiera estado caminando por las calles los
últimos quince años como yo lo había hecho.

“¡Maldito puto!" -Grité.

El coche giró en la esquina y desapareció. Una mujer abrió las cortinas de su casa para mirar lo que estaba pasando. Le levanté mi dedo medio y luego me fui.



Capítulo 9


No fue sino hasta una hora y media más que me encontré a alguien más que quisiera cogerme. Yo ya me estaba congelando.

Yo  estaba  un camino corto en una calle lateral, apoyada en la pared de un cementerio, frotando la parte posterior de los brazos para mantener el calor, cuando oí un motor en la carretera principal. Sintiéndome desesperada, caminé tan rápido como pude en mis talones a la intersección. Mi carrera fue torpe y descuidada, dejando todo sentido de equilibrio en el olvido. Una de mujer de mediana edad que estaba paseando a su perro me vio e hizo un sonido reprobatorio con su lengua, pero eso no me importa una mierda. Se veía que ella era una perra engreída. Ella no tenía ninguna puta pista de cómo eran las cosas para una mujer como yo.

Había una camioneta en la calle que se dirigía  hacia mí. Hice mi mejor esfuerzo por lucir atractiva. Disminuyó la velocidad mientras se acercaba. Los rechazos anteriores habían opacado mi confianza, pero me obligué a lucir lista para  una buena cogida.

La camioneta se detuvo. La ventana bajó haciendo un chillido ondulante. Era operada manualmente. El conductor se arrastró hacia el asiento más cercano  a mi.
-“Hola cariño“ -Le dije.  Era un hombre grande y gordo con el pelo lacio y una papada doble sin afeitar.

Hice todo lo posible para mantener mi expresión agradable, a pesar de que me había disgustado. Tenía que conseguir algo de dinero; tenía que conseguir esos cigarrillos. “¿Buscas compañía?”- le dije y le guiñé un ojo.

"Sí. ¿Tú te ofreces?”

Miré su estómago hinchado y su cara peluda y entonces asentí. "Si tienes el dinero, sí".

-“¿Vives por aquí?"

Señalé. -“Justo ahí"

-“Voy a estacionarme. Espera."

Se deslizó de nuevo al asiento del conductor y puso la camioneta en posición para estacionarse mientras yo estaba en la acera esperando; me preguntaba si esto era en realidad lo que quería. ¿De verdad estaba tan desesperado por una fumada?

El problema era que yo estaba así de desesperada. Había intentado dejar de fumar cien veces y nunca pude. Nunca había tenido un período sin fumar por más de tres días desde que tenía doce años de edad. Era tan parte de mí como ahora lo era prostituirme. Nunca había conocido nada diferente.

No sabía por qué estaba preocupada. Había tenido muchos hombres más gordos y peludos cogiéndome antes. Esto era lo de siempre. Una vez que tuviera el efectivo,  sería capaz de comprar algunas buenas cosas - tal vez suficiente para aguantar hasta el final de la semana.

Me acerqué a la camioneta mientras este tipo salía. Me sonrió.-“¿Cual camino?"

Puse mi brazo alrededor de él. -“Por aquí cariño. Ven conmigo."



Capítulo Final


Lo conduje hasta mi departamento y le dejé entrar a primero.

Tenía la ropa sin lavar. Estas apestaban a grasa. Mi nariz parecía notarlo más sobre todo ahora que estaban en el interior. Sus pantalones estaban apretados alrededor de su culo, la curva superior de cada glúteo  era visible. Este era el precio que tenía que pagar para hacer mi trabajo ¿No es así? Y yo sabía que no podía hacer otra cosa. Lo había intentado suficientes veces. Ellos ni siquiera me quieren para trabajar en restaurantes de comida rápida y  por la forma en que hablaba, no pude conseguir nada en una tienda. No. Era esto o nada.

Pero ... eso no estaba bien. ¡Me estaba perdiendo a mí mismo! ¿Cuánto tiempo había pasado ahora, creyendo que realmente estaba esta puta? ¿Con qué profundidad sus recuerdos y pensamientos habían sobrescrito a los míos? ¿Tenía tiempo suficiente  para tener relaciones sexuales, ir de compras y volver con los cigarrillos que necesitaba para calmar mis nervios antes  de que el cambio se hiciera permanente? Tal vez debería deshacerme de él e intentar de nuevo cambiarme por mi cuenta.

Lo miré. Se estaba quitando su camisa sudada. La dejó caer sobre
el suelo a los pies de mi colchón. "Date prisa. Mi esposa va a querer saber en dónde estaba si no hacemos esto rápido ".

"Er ... ¿Te molestaría si después de todo no hacemos esto?”-Dije con timidez.

“¿Qué dices?”- La expresión agradable dejó su rostro.

De repente me sentí muy nerviosa. -“Er... he cambiado de opinión. No quiero hacer
esto.”

Él gruñó, sin dejar de quitarse sus pantalones. "No te puedes arrepentir ahora perra estúpida. Te voy a pagar por esto ".

-“Por favor."

Dejó caer sus pantalones alrededor hasta sus tobillos y se los quitó. -“¿Tú eres una puta o no? "

-“Sí."

“¿Qué? No te escucho”

"Sí. Soy una ramera".

-“Entonces vente aquí carajo y vamos a hacerlo"

Levanté mis manos y las puse delante de mí.-“Por favor. No quiero hacer esto."

Se me abalanzó y me agarró de la muñeca. -“Pues lo vas a hacer puta.”

Grité mientras me aventaba. Me tropecé, perdiendo el equilibrio caí sobre el colchón con  mis manos y rodillas.

El hombre se me acercó por detrás. Me di la vuelta para mirar aterrorizada  lo que estaba haciendo. Esto no era lo que quería. Yo ya no quiero ser una prostituta. Metió la mano en su pantalón y sacó su grueso miembro. Entonces se colocó justo detrás de mí y me bajó  mi falda  con todo  y mi ropa interior hasta llevarlas  alrededor de mis muslos.

Grité, pero de repente me sentí excitada, sorprendida de mí mismo. A pesar de todo, yo deseaba esto.

Oh sí. Quería que me cogiera.



¡No! ¡Eso no estaba bien! Yo no era una puta.

Me apretó las nalgas dolorosamente. Sí. Así era como me gustaba.

“¡¡Házmelo!!”- le dije.

“Claro que lo haré”, gruñó y empujó su pene en mi interior.



Dí un grito ahogado mientras el empujaba dentro y fuera, y con cada movimiento sentía que caía más y más en estos nuevos impulsos, no naturales.

El Golden Gloom estaba tomando control otra vez, acabando con mis viejos recuerdos - borrando mis deseos originales.

Había cometido un error. Había sido un tonto en pensar que podía controlar esto.

Estaba perdiendo de vista lo que yo era. Se me olvidaba que yo no era una puta.

De repente supe que esto era todo. Si no detenía esto nunca sería capaz de hacerlo. Yo estaría atrapado en este pequeño departamento escueto por el resto de mi sórdida vida. Que nunca conseguiría alejarme. Sería una prostituta por siempre.

Traté de liberarme, pero el hombre me mantuvo en su lugar con sus enormes brazos. Me nalgueó muy duro en el culo, lo que me hizo gemir del placer mezclado con dolor.

Después de todos estos años la mayoría de los tipos de relaciones sexuales ya no significaban mucho para mí. Era sólo un trabajo. Pero ser follada por detrás por un tipo grande como este ogro todavía me encendía. Me tenía tan caliente. Me encantaba.


Me masajeaba las nalgas con sus enormes manos peludas. Con cada embestida dejaba salir un gruñido animal. Con cada metida, yo gritaba mientras el placer seguía aumentando  constantemente.

"Oh, sí. ¡Házmelo grandote! ¡Sí!"

-“¡Eres una maldita putita! No eres más que una puta!"

-“Oh, sí. Eso me gusta. ¡Métemela! ¡Cógeme!”

-“¡Eres una puta callejera! ¡Una puta! ¡Una  zorra barata!”

Él se retiró y me volteó, dejando  mis rodillas desnudas apuntando hacia su cintura. Luego me metió su verga de nuevo.



No me podía mover. Su cuerpo pesado y apestoso me inmovilizó por completo. No podía escapar.

Era muy tarde. Demasiado tarde.

Nunca iba a escapar.

Nunca iba a ser capaz de volver a mi antigua vida.

Nunca debí de haber invocado el Golden Gloom.

No había manera de vencerlo. No hay forma de escapar.

Se había borrado mi antigua vida y ahora estaba atrapado en esta nueva vida provocativa.

El hombre empujó su miembro en mi una última vez rugiendo de placer, mientras yo gritaba.

Estaba tan caliente.

Lo amaba tanto. La degradación. La pérdida de poder.

Esto era lo que quería.

Esto era lo que yo era.

No había nada más.

Y me encantaba.

Lo hice bien y él me dio todo el dinero que necesitaba para vodka y cigarrillos.

Yo era una puta. Eso era todo lo que yo era. ¡Nada más que un estúpida puta barata!

Y siempre lo sería.

FIN

jueves, 25 de agosto de 2016

La puta - Historia de Emma Finn

El día de hoy quisiera compartir con ustedes una historia original de Emma Finn originalmente publicado en Fictionmanía.  Me atrevo a hacer la traducción  al español de los primeros capítulos de la historia "The Whore", basada en su universo "Golden Gloom" para que conozcan más de su gran trabajo. Ella es una verdadera escritora del género, por lo que los invito a revisar sus otras historias  y libros publicados.


Capítulo 1

Estaba casi seguro de que ella era una puta y eso me atormentaba - tanto que yo la espiaba sin que ella lo supiera.  Eso me emocionaba tanto como lo hacía tocar  la hoja de papel que tenía en el bolsillo y recordar el poder sobrenatural de las palabras que tenía en ella.

Me preguntaba a mí mismo, sólo por un momento, lo que sería leer esas palabras e invocan el encanto del Golden Bloom, para dejarlo transformar mi vida en la de ella

Ella estaba en el supermercado, usando un top sin mangas de mala calidad con un cuello en V escotado.
Su vientre ligeramente redondeado estaba expuesto por encima de su ombligo. Ella llevaba leggings y un par de zapatos de tacón abiertos en los dedos. Ella tenía una cigarrillo sin encender en la boca. En los dedos de su mano derecha, mientras empujaba su carrito de compras, jugaba con un encendedor desechable barato girando la rueda una y otra vez sin hacer suficiente chispa para formar una llama.

Ella tendría unos treinta años, su cuerpo era bastante delgado, pero destonificado. No iba al gimnasio. No salía a correr. Su barbilla estaba empezando a asumir un ligero hundimiento.

Caminé detrás de ella manteniéndome cerca, ya bastante seducido, mientras ella iba por los pasillos. Ella no camina como una modelo con un pie directamente en frente del otro, pero sus movimientos eran femeninos. Pasó el dedo índice a lo largo de los artículos en el estante, golpeando con su uña pintada de rojo oscuro en cada producto que quería.

Vi como metió dos cenas de microondas en su carrito y a continuación, se dirigió por el pasillo de  productos de cuidado personal. Asentí a mí mismo cuando vi que recogió dos paquetes de seis condones.

-Nada mas que una puta.

Sentí una fuerte emoción al estarla acechando de este modo; saber lo que ella era y que ella no estuviera al tanto que yo la estaba viendo. Se sentía sucio. Ilegalmente sucio - como si fuera un secuestrador o algo peor.

Ella tomó una bolsa de Doritos familiar y luego le seguí hasta el pasillo del licor. Se detuvo y tomó una botella de vodka de un litro. Entonces ella me miró.

Yo me aparté mi mirada al instante; Me sorprendió.

Mantuvimos contacto visual durante casi cinco segundos.

Luego ella se volteó.

Ella no me conocía. Lo único que vio fue otro comprador anónimo. Ahí
no había nada extraño de mí en absoluto.

Antes de que ella se volteará noté un destello de algo en su rostro.
¿Qué fue eso?

¿Envidia?

Probablemente.

Al mirarme ella solamente veía lo que jamás podría tener.

Su bolso se estaba rompiendo en las costuras. Su ropa necesitaba ser lavada. Yo podía ver su futuro sombrío en cada elemento de su cuerpo y de su movimiento.

Dejé que se alejara y luego gradualmente fui tras ella de nueva cuenta, entrando detrás de ella en la cola de pago de la caja, agarrando rápidamente algunos chocolates y una revista para poner en mi cesta para que nadie se daría cuenta de que no había tomado nada.

La puta estaba justo en frente de mí.

Di un paso cerca de ella y mi cara terminó sólo a centímetros de la tela artificial y brillante de sus tirantes de los hombros. Miré su piel pálida, el modo suelto en que su pelo rubio caía en sus hombros y mientras respiraba lentamente, empecé a oler su aroma. No reconocí el perfume pero era barato. Oculto en el aroma también pude oler pizcas de su olor corporal, no está completamente enmascarado.

La dependiente pasó las cenas de microondas de ella por la caja.

Me imaginé a esta puta, sentada sola en la mesa de la cocina comiéndolas. Me imaginé siendo ella, viendo sus manos frente a mí, llevando la comida a mi boca.

La caja sonó mientras pasaban los Doritos y el vodka.

Más tarde ella se sentaría delante de su televisión, vegetando, bebiendo sola y metiendo Doritos en su boca, alternando bocanadas de su cigarrillo y tragos de vodka directo de la botella. En mi mente, era yo sentado allí, con los pies enfrente de mí, con los tobillos cruzados, con las uñas mal pintadas en los dedos de los pies expuestos y botella en mano.

Finalmente, la dependiente pasó los condones, lo que hizo que mi mente empezara a imaginar lo que esta puta haría con ellos.

Eso me excitó, allí parado oliéndola, imaginando ser ella, teniendo a un hombre gigantesco obligándome a…

En ese momento ella me vio con una mirada de desprecio y con ese mismo desprecio me dijo- ¿Qué mierda ves? ¿Algún problema?-

Me sonrojé -“Perdón, nada. Sólo estaba soñando despierto."

Ella se dio la vuelta, dejando caer un puñado de billetes arrugados en el cinta transportadora.

A continuación la vi alejarse mientras yo  pagaba rápidamente mis artículos.

En el estacionamiento ubicado en planta baja de la tienda, mi hijo adolescente me estaba esperando donde lo había dejado, desplomado en el asiento del pasajero de nuestro BMW, con el suplemento de fin de semana del periódico tan cerca de su rostro que sólo me escuchó sin verme. -“Te tardaste”

-“Guarda silencio”

Encendí el motor.

Mi puta estaba en el límite del estacionamiento, con una bolsa de compras colgando de cada mano. Salí en el carro y  a la distancia la seguí con la mirada. Todavía distraído con el periódico, mi hijo no se dio cuenta de nada.



Capítulo 2


La vida en mi casa era terriblemente aburrida. No había vida sexual de la cual hablar; nada para capturar mi espíritu ni mi imaginación. Toda mi vida yo había fantaseando en someterme a una transformación; desde la primera vez que oí sobre el Golden Gloom cuando era niño, contado como parte de una tonta historia de terror.

Es extraño tener una fantasía - mentir despierto pensando en ello, mientras escucho los ronquidos procedentes de la cama a mi lado -  y entonces encontrar suficiente "Evidencia" para convencerme de que la leyenda era verdad. Escuché anécdotas que podría tener otra explicación, pero también suficientes historias como para impulsar una investigación más profunda de mi parte.

No sabía realmente  lo que era el Golden Gloom. Nadie lo sabía. La poca información que había logrado encontrar al respecto en internet y en la biblioteca sugerían que tenía una  naturaleza mística peculiar y que las preguntas sobre eso era mejore dejarlas sin respuesta. Eso para mí era ridículo - obviamente cualquier clase de magia debía tener su origen en la ciencia. Esto no tenía por qué ser diferente. No hay poderes que no puedan ser estudiados.
El misterio era una ilusión. Por otro lado, eso no hizo que fuera más comprensible para mí.

El Golden Gloom parecía ser una fuerza aleatoria, elegía sujetos sin razón lógica ... aunque podría ser invocada con los conocimientos adecuados.
Si existían patrones para poder verla, ninguna de las fuentes que pude encontrar revelaron mucho al respecto. El único vínculo que encontré fue la envidia - y en la mayoría de las veces era una sucia atracción masoquista hacia algo vulgar.

Un hombre podría convertirse en la desnudista por la que él babeaba noche tras noche, preguntándose cómo se sentiría ser tan vulgar.

Una duquesa podría volverse su criada inmigrante que lucha de rodillas para limpiar los azulejos sucios bajo el inodoro; la sirvienta cuya vida es tan perfectamente simple.

Un niño abusado podría convertirse en su violento padre alcohólico, devolviendo el   castigo brutal tal como se lo habían hecho, ya que esos instintos se convirtieron en los propio.

Y yo podría convertirme en  una prostituta analfabetos de mala calidad, vendiendo mi cuerpo barato a hombres grandes y peludos, cuyas pocas habilidades sociales no les permiten  conseguir placer en otra parte.

El Golden Gloom elige a sus sujetos,  uniéndose a sus envidias secretas y transformado toda la realidad que les rodea, empujándolos por completo hacia esta nueva vida que habían deseado, borrando sus pensamientos y sentimientos propios
por aquellos de su objetivo.

Y yo también tenía ganas de experimentar esta inmersión. Tenía ganas de renunciar a todo lo que me hizo lo que yo era y revolcarme en esa vida despreocupada y libertina por un tiempo.

Yo quería ser esa puta.

Y yo tenía los medios para hacerlo: el poder de  invocar esa fuerza, en lugar de esperar que por el azar me eligiera.

Y podría hacerlo  justo ahora.

Yo poseía el encantamiento necesario convocar al Golden Gloom por tres semanas; lo encontré en un viejo libro sin cubierta que se encontraba  en la biblioteca Barton. Día tras día había buscado a una persona en la cual me gustaría convertirme. Ninguno de ellos había llegado a obsesionarme. Sin embargo, en la última semana, había comenzado a fantasear todo el tiempo en dejar detrás a mi respetable
persona, sólo por una noche, y convertirme en una puta. Sólo por una noche, pero
¿qué experiencia tan fantástica sería? Sería algo más fuerte que todo lo que había experimentado antes - era una profunda desviación del aburrimiento de mi vida normal sin preocupaciones.

Fue la cosa más absorbente que jamás había considerado.

¿Y de hecho encontrar a una puta de verdad? ¿Tener esta oportunidad? Eso era irreal. Pero allí estaba ella: la mujer en la cual me iba a convertir.

No era más una fantasía. Mi futuro estaba delante de mí.



Capítulo 3


La puta   pasó  cruzado por debajo del ferrocarril a lo largo de la carretera a través del paso subterráneo, mientras yo seguía manteniendo mi distancia. Ella caminaba por la acera del otro lado y giró a la derecha en las afueras de Pondgate.

Su casa no estaba lejos del primer camino. El idiota de mi hijo seguía leyendo, perdido en su bendita ignorancia. La vi entrar en su casa y luego me detuve enfrente.

Era un alto edificio totalmente decaído, la vegetación destruía el yeso de la fachada. Así estaba todo el distrito, rindiéndose al tiempo y al colapso. Todo el barrio estaba asentando en la obsena degradación, tanto en los edificios  como carnal, con sus habitantes de clase baja. Comparada con la hermosa Nockton, su ciudad gemela, Barton era un nido de alcoholismo, abuso de drogas y desempleo. Era el hogar de la mano de obra de la fábrica de aceite y de las zorras de sus esposas dependientes de cajas registradoras. Yo normalmente hubiera preferido estar bien lejos de aquí. Era horripilante considerar convertirse en uno de sus habitantes, aunque fuese temporalmente.

"Espera aquí" - dije -“Vuelvo en un momento.”

Mi hijo gruñó cuando bajé del auto y comencé a subir los escalones de la puerta principal. Creo que no me había mirado a los ojos durante todo el día.

La puta había dejado la puerta abierta. El pasillo era obviamente, compartido. Observé que cada puerta tenía un número en ella. El edificio era tan miserable y sucio por dentro como lo había sido en el exterior. El polvo era como un líquido negro delgado que se extendía  en las paredes y las barandillas. Mantuve mis brazos pegados al cuerpo mientras avanzaba.

Ella no se encontraba a la vista, pero escuchaba pasos en la escalera, por lo que la seguí por dos pisos. Doblé en la esquina hacia el segundo piso justo al mismo tiempo que veía que una puerta se cerraba. Ahí era.

Mi cabeza estaba deslumbrada. Mi estómago gruñó, haciéndome sentir náuseas repentinamente.

Este era el momento.

Metí la mano en el bolsillo de mis jeans y saqué el trozo rectangular  de papel con el encantamiento. Sólo  eran cinco palabras, cada una de ellas cortada en sílabas con sonidos difíciles de pronunciar. Yo no me había atrevido a leer más de una sola palabra antes de este momento y hasta eso había tenido efectos extraños en la presión y temperatura de la habitación en que estaba.

Era imposible saber si la constricción en mi vientre era miedo o emoción. Yo sabía lo poderosas que eran las fuerzas que estaba a punto de invocar.  Si una palabra del hechizo tenía un efecto tan potente, ¿Cuál sería el resultado de las cinco?

Bastaba con leer hacia fuera y enfocar mi envidia hacia esta mujer para orientar el hechizo - eso era todo lo que tenía que hacer ahora. Bastaba con leerlo.

En mi mano temblorosa las letras de por si movidas se ponían borrosas. Tenía que concentrarme en mantener quieto el papel.

Para poder a ser una puta por una noche. Para experimentar todo lo que ella
hacía. Para poseer ese cachondo cuerpo como si se tratara del mío. Para hacer las cosas que ella hacía como si fuera realmente ella.

Por eso era qué estaba haciendo esto. Por eso me  tenía que enfocar.

Estabilicé el papel con mi otra mano y empecé a leer.

Mientras la primera palabra salía de mi boca yo hice una mueca, esperado con temor una especie de golpe terrible; pero no vino. Hice una pausa.

Entonces sentí cómo mi cara se ruborizaba como si sintiera una brisa de verano, mientras que la presión de mis orejas y en la parte superior de la garganta se empezó a elevar. Tragué saliva tratando de aliviar la sensación.

Leí la segunda y la tercera palabra rápidamente, mientras escupía saliva luchando por conseguir que mi lengua pronunciara las extrañas sílabas.

Un estremecimiento pasaba por la casa. Era visible - una onda física
viajando a por las paredes y  el suelo. La madera crujía. El polvo se elevó en el aire.

La cuarta palabra fue breve. Pasó rápidamente por mis labios. Esperé  algun tipo de efecto en mi entorno, pero no había ninguno.

Miré a la última palabra en el papel delante de mí. Sólo una más y entonces yo no sería capaz de retractarme. Incluso no podríaestar seguro que el efecto del Golden Gloom se centraría
en este lugar o en mí. Las palabras en el papel queya  había estaban empezando a brillar de un color amarillo brillante. Delgadas estelas de humo se elevaba desde el papel hacia mis dedos.

Si me detuviera ahora, ¿qué pasaría?

Estaba asustado.

Yo quería seguir, pero ... Esto era demasiado.

Leí la última palabra - la quinta palabra.

Las letras del papel parpadearon entre amarillo y luego blanco. A continuación, el papel se encendió en llamas.

Grité, lo solté, pero el papel no se cayó. Evitaba frente a mí a nivel de los ojos, girando.

Girando.

Ardiendo.

Luego desapareció en una cortina de humo.

La casa quedó en silencio e inmóvil.

Estaba hecho.

No había marcha atrás ahora.

El Golden Gloom estaba en camino.

Ya estaba aquí.


Capítulo 4

Me quedé mirando la parte trasera de mi puño, cercano a la desgastada madera blanca de la puerta.

Cada cosa que hice me llevó más cerca a convertirme en ella; a ser succionado por
ese cuerpo y esa vida. Cada paso fue un paso que no podía dar para atrás.

Mi cerebro estaba temblando, me decía una y otra vez que caminara de vuelta a mi
coche, pero mi cuerpo lo ignoró, consumido por la excitación que crecía
entre mis piernas y se difundía por mis muslos.

Toqué la puerta.

Una voz de mujer insultó del otro lado de la puerta y luego se quejó.
Escuché pasos acercándose.

Se me ocurrió que ella podría pensar que era un cliente. Yo no llevaba mucho dinero, pero eso me hizo reír. Ella lucía barata. Lo más probable es que llevara más que suficiente.

Cuando se abrió la puerta, la puta tenía abierta su boca pintada de rojo, su pelo formaban un cuadro alrededor de su pálida cara, cuello y pecho. Ella me reconoció enseguida.

“¿Qué carajos pasa?”

"Eh, discúlpeme," dije impulsivamente, deseando haber planeado lo que iba
decir. “Perdón por molestarle. ¿Puedo entrar?"

“-¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Me estás siguiendo? Te vi en la tienda.”

“Perdone por esto. Debe lucir mal. Tome esto”- Saqué un par de billetes de veinte- ”sólo quiero hablar.”- Miró el dinero mientras se lo entregaba. -“Solo hablar.”

Ella me miró de arriba abajo, tomó el dinero y se encogió de hombros. -“Que demonios”- Ella entró y yo la seguí. Puso el dinero sobre la mostrador de la cocina, pasó la punta de sus dedos en ellos por un momento y luego se volteó hacia mí.

La habitación era un  ático, sin alfombra y sin nada que le hiciera sombra a la luz del techo. El equivalente  a una cocina estaba en una hueco en un extremo de la
habitación: refrigerador de color blanquecino y una parrilla con quemadores oxidados. Había una mesa de madera desnuda y un colchón en el piso debajo de la ventana. ¿Cómo sería vivir aquí?

No podía esperar para averiguarlo.

-“Es muy bonito."

"No seas sarcástico. ¿Qué carajos quieres?”- Ella me miró con desconfianza, con los brazos cruzados, los tobillos cruzados, recargada en el borde de la mesa.

Todo lo que tenía que hacer era aguantar hasta que el poder tuviera la oportunidad de
tomar efecto. Me sentí aterrorizado por un momento. Mis fantasías me habían metido en
problemas antes, pero estaba emocionado. Hacer esto fue muy imprudente y estúpido de mi parte, lo reconozco, pero mi vida era tan aburrido. Necesitaba una liberación de algún tipo.

"Quiero sentarme y mirarte. Nada más."

“¿Qué?”

“Sólo verte. ¿El dinero que te di suficiente o quieres más?"

Sus ojos se posaron en mí, pensando. “¿Sólo verme?"  Ella se encogió de hombros. -“Lo que me diste será suficiente por ahora“

Tomé una silla y me senté frente a ella. Ella parecía incómoda, no acostumbrada a este tipo de trato, pero no con la suficiente posición como para arriesgarse a perder el dinero que había dado.

No había rastro de que la sala se oscureciera como mi investigación me había ensañado que acompañaría a los efectos de esta extraña fuerza, pero sabía que tenía que
pensar en lo que me parecía atractivo de estar aquí. Invocarlo de alguna manera.

La miré en sus grandes pechos, ligeramente caídos, en los lados contraídos de su cara. Llevaba demasiado maquillaje de los ojos. No le importaba que su ropa era llamativa y demasiado reveladora. ¿Qué tan bueno se sentiría ser capaz de mostrarse así, sin cuidado?

La única luz en la habitación provenía de la ventana sin cortinas. Apareció una tenue
sombra, como si una nube hubiera pasado frente al sol.

Ella frunció el ceño mirando hacia allá.

Mientras volteaba el cuello miré el suave contorno de su cara, siguiendo la forma de su piel sobre el hueso. Miré su top sin mangas, al bulto expuesto que eran sus pechos, su hombros redondeados. Su  completa actitud reflejaba  indiferencia; descuido. Sus manos descansaban palma arriba,con los dedos sobre sus muslos. Podía ver su esmalte de uñas de color escarlata, con irregulares en el pintado.

Tan diferente de mí. Tan diferente de lo que yo era.

La sala se oscureció de nuevo.

"Parece que llueve”, dijo.

El piso era tan escuálido. Mi casa estaba perfectamente ordenada; perfectamente limpia.
Pero a  ella no le preocuparse. Dejaba ollas sucias en el fregadero. Ignoraba los puntos negros de la humedad que crecían por las paredes.

La habitación adquirió un tenue brillo dorado como de atardecer. El aire se volvió pesado y grueso; difícil de ver a través de él, como borroso. Extrañas sombras negras  se arrastraron alrededor de los bordes de la cara y los brazos de la puta de forma que ella no parecía verlos.

Un chorro de pánico y emoción alimentó mi sistema. ¡Realmente está sucediendo!
¡Era realmente cierto!

Levanté mis manos frente a mí. Mis mangas estaban ondulando como arena en un terremoto. La negrura se extendía en ambas direcciones de mis codos.

A su paso dejaba al descubierto mis brazos pálidos. Se deslizaba por mis manos y dedos, haciéndolas más pequeñas. Mis uñas cambiaron en copias de las de ella.

¡Estaba pasando! ¡Pero yo estaba aterrado! ¡Demasiado!

Yo no quiero ser esta puta. Quería ser yo mismo. Yo no quiero vivir en esta pocilga en medio de la suciedad y las cucarachas.

La ondulación negra se calmó. La habitación se iluminó. Me levanté de silla tratando de aclarar mi mente y quitar cualquier imagen de ser ella.

No quería más. No quería dejarme llevar.

La luz en la habitación volvió a la normalidad, mientras estaba de pie con la mano en el pecho, jadeando.

Jadeando.

Era mi mano la que estaba viendo. No la de ella. Mía.

Gracias a Dios.

“¿Qué mierdas está pasando contigo?”- dijo la puta. -“¿Por qué no te relajas?"

Me sentí totalmente fuera de mí. Mi cuerpo estaba sudando. Podía sentir las gotas en la frente.

Esto fue demasiado. No me gustó. Yo no quería ser ella. No quiero ser una prostituta. ¿Por qué habría de querer? Yo no lo haría.

Apreté las manos con mi frente.

¿Era posible que yo estaba siendo influenciado de alguna manera? Tal vez había malinterpretado el poder del Golden Gloom todo el tiempo. Tal vez todas las fuentes que había leído lo habían hecho.

¿Qué pasa si no respondía a los deseos antinaturales de asumir una nueva vida?
¿Y si más bien inspira esos siniestros  sentimientos en primer lugar?

Me senté.

La puta me estaba mirando perpleja. Tomó una silla y la puso justo en frente de mí y se sentó de manera que sus piernas quedaron sobre las mias, una rodilla sobre la pierna izquierda, la otra rodilla entre mis muslos cerca de la ingle. Ella puso su mano en mi rodilla. “Tranquilo. Todo está bien. Es necesario que te tranquilices. Déjame ayudarte".

Ella movió su mano más arriba en la pierna y me acarició mientras la bajaba de nueva cuenta.

Me sentí mejor inmediatamente. Se estaba calmando, no importa cuán extraño y absurdo podría haber parecido,  sí me había dado tiempo para pensar. Mi pulso se desaceleró, pero el sudor no se secó. Yo estaba hasta mi límite, pero ese movimiento abrió una ventana  a una excitación que comenzó a extenderse desde mientrepierna. Me estremecí y suspiré.

Se sentía bien. Se sentía muy bien.

Se humedeció los labios y su mano se movió hasta su pecho. “Te gusta verme, ¿verdad? Tú me estabas mirando en la tienda”.

Asentí.

"Quieres ver más, ¿cierto? ¿Quieres verme jugar conmigo misma?” Se tocó sus pechos a través de su top y gimió. "Oh, sí, eso se siente bien.”

Mi excitación estaba aumentando. Su mano acarició vez más cerca de mi ingle. No podía apartar los ojos de la piel pálida en la parte posterior de su la mano y de sus dedos mientras masajeaba su teta.

Me estaba excitando cada vez más, perdiéndome en esta experiencia que yo no había planeado.

Luego, desde la parte posterior de la cabeza un pensamiento empezó a encerrar mi mente. Se filtró y se envolvió alrededor de mis pensamientos conscientes de forma tan sutil que apenas lo sentí.

Me preguntaba cómo se sentiría estar jugando con sus tetas como si fueran las mias - gimiendo de placer de forma melodramática.

Vi sus dedos masajeando, su lengua pasando saliva sobre sus labios, me fijé en sus ojos semicerrados por el maquillaje exagerado y estridente.

Traté de empujar este impulso - de repudiarlo. Yo sabía que el Golden Gloom estaba influyendo en mis pensamientos. Pero yo no podía evitar este surgimiento  que estaba tomando el control y el cual no quería irse. La deseaba demasiado. Yo quería ser ella - para hacer estas cosas repulsivas que ella estaba haciendo - vivir la vida que estaba viviendo. Solo por una noche.

No pude evitarlo.

La sala se oscureció pero no me importaba.

Su mano se movió de mi pierna a su entrepierna. Se frotó el clítoris por encima de la tela de sus leggings,  luego se metió la mano y dejó escapar otro gemido. Como reflejo de su movimiento metí mi propia mano hacia abajo en la parte delantera de mis jeans. Mi otra mano fue a mi pecho y en mi mente sentí que tenía sus grandes tetas en mis dedos, estaba sintiendo  la misma excitación que ella.

La habitación se oscureció más todavía. La penumbra cubría todo. Cerré los ojos y gemí.

No me importa si realmente pasaba. Yo lo quería. Yo quería ser esta basura escoria - esta puta. Yo quería que el Golden Gloom tomara todo lo que era mío y me diera todo lo que era de ella - su cuerpo cachondo y ropa reveladora, su pequeño y sucio departamento y sobre todo, su oficio. Quería venderme por dinero.  Yo quería dejar fluir cada impulso lujurioso que tenía y exponerme a ser controlada por todos los hombres con el dinero suficiente para pagarme.

A través de mis párpados cerrados vi a la oscuridad que se deslizaba sobre mi cara.

Estaba hasta mi límite. Mi orgasmo iba  aumentando.

Mis gemidos estaban creciendo, cada vez más fuertes y al mismo tiempo lo hacían los de la puta. Cada vez más fuerte. Cada vez más ruidosa.

A continuación, en una explosión silenciosa, sus gritos se desvanecieron y los míos se hicieron cargo. Grité mientras me venía  y mi grito era su gritó. Era el grito de una puta.


Abrí los ojos, pero el orgasmo me seguía recorriendo. Casi no podía respirar.

Yo era ella. Yo era la puta. Su teta estaba en mi mano. Era mi teta. Mi mano estaba en la parte delantera de su cuerpo.  Mis piernas. Mi cuerpo.


Me había convertido en ella.

Estaba jadeando.

El orgasmo se estaba desplazando en oleadas.

Me sentía totalmente vivo.

Y entonces, mientras esto me consumía, los sentimientos pasaban.

Y me di cuenta de que estaba sola.

La silla frente a mí estaba vacía.

La puerta del departamento se cerró de golpe. Miré hacia el ruido, sorprendido.

La habitación estaba vacía.

Estaba completamente sola.

Me levanté y empecé a correr a la ventana, me tropecé de inmediato, y estuve a punto de caer. Ahora yo llevaba puestos unos tacones abiertos  en la punta. Mi centro de equilibrio estaba desbalanceado. Miré hacia abajo a las uñas mal pintadas de mis dedos desnudos, también con los tobillos desnudos. Era todo lo que podía ver gracias a un par de enormes pechos que bloqueaban mi vista.



Pero traté de sacar esas cosas de mi mente. Me tambaleé hacia la ventana, dando tumbos en estos zapatos poco ortodoxos y me sostuve del marco de la ventana para evitar caer.

Afuera vi mi auto - el coche en el cual había seguido  a la puta  a su casa. En medio del parabrisas delantero pude ver una mancha blanca - el periódico de mi hijo.

Entonces oí la puerta principal del edificio cerrarse y quedé con la boca abierta al ver a la persona que salía y se dirigía al coche.

La persona no fue precipitadamente ni volteó hacia arriba a donde yo estaba, pero sabía que era yo.

La persona se metió en el coche y la vi marcharse. Yo lo vi hasta que se perdió de vista y fue sólo entonces cuando realmente me di cuenta que me había aquí quedado sola en este cuartucho. Fui dejada aquí porque yo no pertenecía más a  ese coche con un hijo adolescente y una bonita
casa grande en Wilder. Yo pertenecía aquí, en medio de la suciedad y la humedad. Yo pertenecía ahora a esta triste guarida de prostituta.

Porque yo era una prostituta ahora.

Me había convertido en la puta que vivía aquí.



5


Se sentía tan bien.

En su asqueroso baño  miré mi reflejo - su reflejo.





Tenía pelo rubio ahora y tetas grandes. Las sostuve con mis delgados dedos, cerrando los ojos, imaginando que era un hombre el que lo hacía. Las apreté fuerte,  como lo haría un hombre duro,  torpe e insensible, y jadeé un poco en el tirón de dolor que sentí. Yo tenía ahora la llamativa cara  y el cuello flácido de la zorra. Yo llevaba su ropa terriblemente reveladora. Esta era yo ahora. Era mi
cuerpo. Mi cara.

Mientras movía mis brazos enfrente de mí, me maravillaba de las diferencias
podía ver: el llamativo esmalte en las uñas, el escote expuesto. Mis brazos no eran gordos, pero no existía una definición muscular. Mi piel no era para nada firme.  Yo podía presionarla con los dedos. Se sentía tan suave y tersa.

"Soy una puta”, le dije, sonriendo a la escoria de mal gusto que me estaba guiñando en el espejo de forma provocativa. "Soy una basura. No soy más que una puta prosti barata ".

Oh, esto era bueno. Realmente bueno.

Mi voz se había adaptado. No era sólo el tono y el sonido lo que había
adoptado: los efectos físicos de sus cuerdas vocales. También heredé su forma de hablar.

Esa era la belleza del Golden Gloom. La transformación física era sólo el primer paso - la primera barrera para cruzar. Mi mente también había sido alterada de forma que etérea e invisible, de formas que no podía detectar totalmente aún.

Pero me sentía a gusto aquí en su departamento. Conocía el lugar. Yo no era una visitante en ningún sentido. Realmente lo había adoptado.

"Soy una ramera” -dije -“Cobro sólo treinta por una mamada. Sólo lo suficientemente para tener licor y comida. Y cigarros”.

Me reí.

Había una pared ahora entre yo y mi vieja personalidad. Todo sobre mí había cambiado. Era como si me hubiera desenganchado temporalmente de mi destino y lo hubiera reemplazado con el de ella.

Me estremecí, adorando la ola de claustrofobia que se produjo cuando pensé en eso. Su destino: el mío.

Si no cambiara de nuevo, entonces esta sería mi vida para siempre, prostituyéndome  a empresarios y trabajadores.

Pero sabía que el secreto del Golden Gloom. Yo sabía cómo volver a mi auténtica vida.

Todo lo que tenía que hacer era invertir el proceso - concentrarme en las virtudes de
mi antigua vida sobre ésta. Mientras no me pierdo en este nuevo siniestro rol entonces sería capaz de volver atrás.

Mientras no me pierda...



CONTINÚA. Por favor díganme si quisieran que hiciera la traducción del resto

jueves, 18 de agosto de 2016

Enlace - Satin Minions

Hoy les comparto el sitio  Satin Minions en donde hay excelentes animaciones y comics de cambio de género. Pueden checar todo el contenido en:  http://satinminions.com/ 


domingo, 7 de agosto de 2016

La moneda mágica PARTE 2 - Me convertí en mujer

El deseo de Víctor se había cumplido, el hechizo  de la moneda se había completado con éxito y su cuerpo había ganado un cromosoma adicional. En pocas palabras, ahora su cuerpo se transformó en su versión femenina y honestamente era un cuerpo hermoso.


Wow!! Dijo con su nueva voz. Funcionó!!  Mientras se acercaba de nuevo al espejo y veía a una chica desnuda enfrente de él. Era la primera vez que veía a una chica y podía verla y tocarla todo lo que quisiera porque en realidad se trataba de si mismo. Rápidamente se llevo sus manos a su cara y notó cómo la chica en el espejo hacía lo mismo. 
Vió con detalle su rostro y notó que era una chica muy hermosa. Tenía ojos grandes, un largo cabello negro, una nariz y boca pequeñas y facciones muy tiernas, por lo que hubiera parecido una niña de 13 años sino fuera por el resto de su cuerpo. De ahí rápidamente notó que de su pecho brotaban dos pesados senos,cada uno con  un gran pezón. 

Sus manos rápidamente se movieron a sus senos y los apretó de la impresión, aunque lo hizo tan fuerte que le dolieron un poco. Auch!! dijo Victor de nuevo con la extraña voz y se tuvo que sobar un poco los senos para calmar el ardor que él mismo se había causado. Al hacer esto se dió cuenta de que su nueva piel era mucho más sensible que antes, por lo que debía ser muy cuidadoso con esto. También empezó a sentir una extraña sensación al frotar sus pezones, lo cuál nunca le había ocurrido cuando era hombre. 



Notó cómo esos rosados montículos se pusieron duros  y se sentían muy bien al pasar su dedo por ellos, aunque tenía que hacerlo despacio. Victor no sabía de tallas de brasieres ni copas, 
pero había escuchado que su mamá había dicho alguna vez que ella y su hermana eran copa B, pero  
sin duda Victor como mujer tenía unas tetas más grandes que ellas dos. Sea como fuere, sus nuevos senos le parecían enormes aunque más pesados de lo pensaba que serían y divertidamente 
gelatinosos.  Wow!! Apuesto que será muy difícil correr con estas bolas, dijo Victor a la vez que empezó a dar pequeños saltos para ver cómo rebotaban sus boobies. 
Victor estaba muy entretenido haciendo esto, cuando de nuevo sin querer se le salió un pequeño gemido de placer que sonaba muy sexy, lo cual hizo que sintiera algo raro en las piernas
ya que sintió una especie de calor que salía de él.  ¡¡Con todo el alboroto causado por sus grandes pechos, sele había olvidado que había perdido algo entre las piernas!!

Volteó su mirada hacia abajo, pero no vio nada sobresalir de su cuerpo. 





Llevó sus manos ahí abajo y  no había nada al frente de su cuerpo. Tuvo que mover su mano 
más abajo para encontrar una abertura que estaba totalmente humeda. rápidamente introdujo un dedo, lo sacó y se lo llevó a su nariz, aunque el aroma que percibió no fue muy agradable.
Ya que terminó de oler, de nuevo llevó sus dedos al orificio que tenía debajo de su cuerpo, mientras intentaba ver qué era lo que tenía abajo. 

Lamentablemente el espejo fijo no le permitía hacer eso, así que corrió al cuarto de su hermana y tomó un pequeño espejo que ella usaba para el maquillaje y rápidamente se lo puso entre las piernas.




-¿Esto es una vagina?-Dijo Victor. 
mientras exploraba esa húmeda caverna con la única mano que le quedaba libre. Primero que nada le sorprendió la cantidad de piel que había ahí, ya que el pensaba que sólo era un hueco, pero se entretuvo un rato tocando entre su labia menor y mayor, luego inevitablemente encontró su clítoris y le dió un pequeño pellizco que le causó cosquillas y una especie de espasmo como de una pequeña descarga eléctrica en su espalda casi a la altura de sus gluteos, por lo que de la misma manera que había pasado con sus pezones, Victor decidió que lo mejor sería tratar suavemente a esa parte de su nuevo cuerpo. 




Victor siguió frotando su vagina con sus dedos de adelante para atrás, haciendo que rebotaran sus senos con cada movimiento y excitandose cada vez  más, hasta el punto  de que empezó a gemir sin darse cuenta, cada vez a un volumen más alto, sin embargo escuchar esta voz de chica teniendo placer sólo lograba incrementar la exitación de  Victor.  


En un instante Victor sintió cómo una ola de placer crecía dentro de su vagina cada vez que metía y sacaba sus dedos,  sin embargo la curiosidad lo obligaba a continuar frotándose a si 
misma. En un punto máximo de placer, Victor no pudo más y sintió como si se fuera a hacer pipi sobre si, lo que hizo que dejara el espejo que estaba sosteniendo e inclinara  su cuerpo hacia adelante, levantando las grandes nalgas que ahora poseía al aire. Pese a que ahora no podía ver el interior de su vagina, Victor no se detuvo y siguió frotandose hasta que desde algún lugar al interiorde su vagina salió una corriente eléctrica de placer que se expandió a sus piernas, luego a sus nalgas y subió sobre su espina dorsal,pasando por sus enormes senos y culminando en su cabeza.  Victor acaba de tener su primer orgasmo como mujer y además fue uno bastante húmedo!!!



 Después de este gran orgasmo Victor se quedó tendido en el suelo aún con las nalgas en el aire tratando de recuperar el aliento, mientras que un líquido transparente seguía brotando
 del interior de su organo femenino y escurriendo en el suelo. Después de un par de minutos Victor fu capaz de levantarse, aunque notó que sus piernas estaban débiles y algo adormecidas por el gran orgasmo que acababa de tener.  Una vez de pie, regresó a verse al espejo y se encontró con la misma chica  de antes, aunque ahora mucho más ruborizada por la actividad  física, lo que la hacía lucir aún más hermosa. Victor puso sus manos en sus caderas y por primera vez notó que su pelvis se había ensanchado mucho en su nueva forma femenina, por lo que ahora se veía muy caderona, lo cual no lo hizo muy feliz. 


Parezco una señora dijo Victor a la vez que se volteaba y descubría que ahora también era dueño de unas grandes nalgas que le terminaban de dar a su cuerpo una torneada forma sexy, como de pera o botella de coca cola. Wow!! Soy una chica 90-60-90 dijo Victor, sin sospechar que 
 de hecho sus senos erán aún más grandes que ese tamaño. 

 Victor, sintió en ese momento un poco de hambre, así que decidió que era momento de presentarle al mundo su nuevo cuerpo...

CONTINUARÀ